Título.: Tarde para la Ira
Director.: Raúl Arévalo
Género.: Thriller
Guión.: Raúl Arévalo, David Pulido
Fotografía.: Arnau Valls Colomer
Montaje.: Ángel Hernández Zoido
Música.: Vanessa Garde, Lucio Godoy
Productor.: Beatriz Bodegas
Reparto.: Antonio de la Torre, Luis Callejo, Manolo Solo, Ruth Díaz, Raúl Jiménez
Año.: 2016
Calificación.: *****
Lo mejor.: La tensión de principio a fin.
Lo peor.: Un final inacabado???
Crítica
José es un hombre tranquilo, pacífico y solitario sin novia o familia que pasa sus tardes en el bar que su amigo Juanjo regenta con su hermana Ana, por la que José se siente fuertemente atraído.
El novio de Ana, Curro, cumple una condena de 8 años por atraco con homicidio a una joyería, pero está a punto de salir y conocer a José… que guarda un secreto que interferirá en la vida de todos.
Con esta breve sinopsis resumiríamos tan solo el inicio, no queremos contar nada más para que aquellos que aún no la han visto, puedan sorprenderse paso a paso con esta gran película, a simple vista sencilla, pero que es uno de los mejores thrillers del cine español de los últimos años.
Tarde para la Ira supone el debut tras las cámaras del actor español Raúl Arévalo al que conocimos tras su participación en las primeras películas de Daniel Sánchez Arévalo (Azul Oscuro, Casi Negro, Primos…). Y este salto al campo de la dirección lo ha hecho directamente, sin un cortometraje previo como suele ser habitual. Arévalo se ha lanzado, pero para nada su ópera prima parece la película de un principiante. Se ha empapado de directores a los que admira como Sam Peckinpah, Carlos Saura o Alberto Rodríguez de los que encontramos más de un retazo en esta obra.
El trabajo de Arévalo es mayúsculo en muchos aspectos.:
- Como buen actor y conocedor de su profesión, el casting que ha elegido es impecable, demostrando tener un gran olfato con los secundarios y ofreciéndonos una dirección de actores desde el nervio, física, desde lo más profundo.
A la cabeza un enorme Antonio de la Torre, que de unos años a esta parte, aparece en todas las películas españolas de calidad. Su José está creado desde la contención, y la rabia interior, actuando con la mirada, creando un personaje paciente, determinado y conciso. Un personaje que no se olvida con facilidad.
De la Torre compone un tándem estupendo con el magnífico y hasta ahora eterno secundario Luis Callejo. Callejo da vida a un Curro visceral, lleno de realismo, un hombre de extremos, pero que gracias a la relación que nace con De La Torre, aprende que nadie es ni tan bueno ni tan malo. Toda la violencia contenida de Curro se calma al entender los motivos de aquel que le extorsiona (De la Torre) o bien, tan solo desea salvar su propia vida y la de su familia… las dos interpretaciones son posibles.
El gran descubrimiento de la película es Ruth Díaz, quién interpreta a Ana. Fresca, bella, sutil, es el nexo de unión entre estos dos hombres, pero su interpretación no es para nada sencilla, y su personaje, lleno de fuerza, compone la pieza que lo ensambla todo.
La guinda a este pastel la obtenemos de la mano de Manolo Solo, otro gran secundario al que conocimos por su interpretación en la durísima La Herida, y aunque a penas tiene 8 minutos en pantalla, su personaje de El Triana nos ofrece el momento de más tensión de la película. Inolvidable y muy difícil de superar es la secuencia del gimnasio de boxeo y su trastienda, el inicio de la venganza de José, que nos pone los pelos de punta.
Manolo Solo con esa voz fingida, ese desparpajo y esa gracia, se alzó con el Goya al mejor actor secundario en 2016.
- Se ha rodeado además de los mejores técnicos.
La fotografía de Arnau Valls Colomer crea una atmosfera sofocante y sucia que envuelve toda la trama. Se siente la enfermedad por la temperatura y el paisaje emocional de una narración que se expande desde la piel de cada actor a cada centímetro de la pantalla.
Rodada en 16mm como los thrillers de los 60 y 70, con ese grano y ruido en la imagen que enturbian aún más a una historia cautivadora y envenenada de ira.
Planos cercanos y nerviosos que tensan la mirada del espectador, empezando por la increíble secuencia de inicio tras el robo en la joyería (está grabada magistralmente) hasta pegarse a los personajes acercándose tanto a ellos que puedes sentir sus nervios, su agobio y su sed.
- Guión del propio Arévalo y David Pulido
La idea del guión de Tarde para la Ira nació de la mente de Raúl Arévalo hace 8 años. La productora de la película, Beatriz Bodegas tuvo que hipotecar su casa para levantarla y poder llevarla al cine, y finalmente se ha cumplido un sueño.
El director tiene muy claro lo que quiere contar, y lo cuenta bien. Dirige una trama de creación propia, sin reservarse ningún papel. Los personajes huelen a calle y a supervivencia, los diálogos y las situaciones son creíbles, una película con olor y sabor, un thriller desasosegante y certero.
Es un guión sin fisuras, que destila una inteligencia mayúscula, no sólo en lo que cuenta, si no también en como desgrana las diferentes situaciones y personajes.
Es género, sí, como el que vimos en La Isla Mínima de Alberto Rodríguez al que nos recuerda muchísimo, pero también nos recuerda a Deprisa, Deprisa de Saura por la tensión de un tiempo y de una España tan fea que hasta duele, y al que según Arévalo ha sido su gran influencia, Peckinpah.
Es una historia habitada por gente que siempre lo ha tenido crudo, dura y realista, con traiciones y una venganza cocinada lentamente, con imposible final feliz para nadie.
- No parece la película de un principiante
Raúl Arévalo derrama estilo propio, pero empapado de furia y frescura.
Dirige esta historia con un itinerario concreto sobre el argumento y los personajes invitándote a tener una idea, una opinión… a posicionarte entre el “hazlo y el ya basta”. Tal vez ese «tarde» del título no se refiera a una parte del día sino al tempo de la película.
Si el guion es tenso, la realización de Arévalo aún lo es más, sin planos con alardes ni momentos prescindibles y llenos de arrebatos embadurnados de desesperación.
Nos da respuestas con cuentagotas, desplegándose a lo largo de una estructura por capítulos que arrastra al espectador gracias a la entrega de sus actores y a su nerviosa mano.
Lo único que no entendemos o nos chocó bastante fue el montaje de la escena final del bar, de ese momento que desde que entiendes que es lo que realmente ha ocurrido y quién es el culpable, ansías presenciar… te da hasta miedo… y no la vemos.
Desconocemos si es decisión del propio director, si fue un problema de montaje o bien cuestión de producción, pero desde luego, no es lo que esperábamos. Es lo único que no nos cuadra, y esto, por ponerle alguna pega.
Tarde para la Ira se hizo con 4 de los galardones más importantes de la pasada edición de los premios Goya.: Mejor dirección Novel, Mejor Actor de Reparto, Mejor guión original y Mejor película.
Ha sido una gestación lenta y paciente, pero este mostoleño se ha marcado una ópera prima que nos ha dejado pegados a la butaca, de las más potentes del cine español reciente, lástima que en ese mismo año compitiera con la magnífica Que Dios Nos Perdone… la elección es muy, muy complicada.
Arévalo ha entrado por la puerta grande de la dirección cinematográfica y nos ha dejado con ganas de ver más de él… pero mucho más.
Tráiler
http://lacanicafilms.com/tarde-para-la-ira_trailer/